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MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NECIOS

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UN SEPULTURERO.- ¿Tú conoces a la sujeta? ¿Es buena mujer? OTRO SEPULTURERO.- Una mujer en carnes. ¡Al andar, unas nalgas que le tiemblan! ¡Buena! UN SEPULTURERO.- ¡Releche con la suerte de ese gatera! Luces de Bohemia RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN     Permitidme, antes que nada, una aclaración dirigida exclusivamente a los lectores masculinos: sabedora de lo proclives que sois los tíos a las actitudes defensivas, espero que me creáis si os digo que utilizo el adjetivo “necio” sin ninguna acritud . Y espero, asimismo, gozar de más credibilidad de la que gozó en su día Felipe González al hacernos partícipes de similares intenciones. No sé si él no fue creído por no acompañar sus palabras de la debida sinceridad o por el escepticismo reinante en el mundo político. En mi caso, os aseguro que no busco malrollo, provocaci...

¡QUÉ BELLO ES MORIR!

RUBÉN.- Marqués, la muerte muchas veces sería amable si no existiese el terror de lo incierto. Luces de Bohemia RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN A raiz de la polémica que ha surgido en Gran Bretaña, y por derivación en el resto del mundo, cuando el periodista Ray Gosling, de 70 años, confesó en la BBC haber matado a su amante, enfermo de sida terminal, asfixiándole con una almohada para evitar su sufrimiento; me ha parecido muy pertinente reflexionar sobre un tema tan mal resuelto en nuestra cultura como es el de la muerte. Ya sea inducida, eutanasia, suicidio o suicidio asistido. Yo decidiré cuándo ha llegado la hora de morir. Para mí no es hablar por hablar, el suicidio sería un fin completamente natural. INGMAR BERGMAN Así de contundente se expresaba el gran cineasta sueco unos años atrás, cuando contaba 82. Es del todo comprensible que alguien de su edad y con su reconocida sabiduría, haya engendrado aplomo suficiente para expresarse de esa forma. Claro que los hay ...

¡POR AMOR AL ARTE!

EL MINISTRO .- ¡Ay, Dieguito, usted no alcanzará nunca lo que son ilusión y bohemia! Usted ha nacido institucionista, usted no es un renegado del mundo del ensueño. ¡Yo, sí! Luces de Bohemia RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN ¡Ah, el arte! Imposible no amar ese rico potaje cocinado por las musas, en cuyo caldero uno quisiera sumergirse y no parar de bucear ya por entre sus caldos suculentos. El arte es algo poderoso, potente y sublime que nos pellizca la sensibilidad y nos masajea el espíritu con sabia destreza. Cuando nos sentamos a su mesa, son tantos y tan exquisitos sus manjares... Unos más sencillos, otros, más sofisticados, pero a cuál más apetitoso. Al arte sólo llegan aquellos que trascienden lo cotidiano y que saben tener las antenas del alma encaradas hacia el satélite de sus influjos. El arte puede ser tierno y sincero, mas también oscuro y endiablado; pero su poderío sobrenatural hace que, de una manera o de otra, si está impregnado de calidad, siempre acabe derivando en algo divino. T...