Soledad, a ti me dirijo y te hago mía porque tú me haces tuya y mía a la vez. En tu compañía gozo de mi ser sin miedos ni tapujos, con complacencia y total libertad. Sé que de muchos eres temida, mas por mí siempre amada. Soy yo misma, al cien por cien, cuando tu ser me acompaña, y aunque mis deleites se esparzan y se regocijen, a veces, en compañías ajenas, a ti vuelvo siempre, ansiosa por reencontrarte y por balancearme en tu voluptuosidad, para deleitarme sin fin de tu reconfortante compañía. Cuando estamos en compañía de alguien, por mucha confianza que exista con la persona en cuestión, una parte de nuestro ser permanece alerta ante las posibles distorsiones que puedan aparecer. O ante los pactos tácitos que establecemos en nuestras muy diversas relaciones, para no faltar a ellos sin darnos cuenta. O ante cualquier clase de interf
Como la mayoría de hombres honorables, de cualquier tiempo, murió ejecutado por negarse de plegarse ante las arbitrariedades de la tiranía... Ejemplo de valor y coraje, los cobardes mueren mil veces.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar