EL MINISTRO .- ¡Ay, Dieguito, usted no alcanzará nunca lo que son ilusión y bohemia! Usted ha nacido institucionista, usted no es un renegado del mundo del ensueño. ¡Yo, sí! Luces de Bohemia RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN ¡Ah, el arte! Imposible no amar ese rico potaje cocinado por las musas, en cuyo caldero uno quisiera sumergirse y no parar de bucear ya por entre sus caldos suculentos. El arte es algo poderoso, potente y sublime que nos pellizca la sensibilidad y nos masajea el espíritu con sabia destreza. Cuando nos sentamos a su mesa, son tantos y tan exquisitos sus manjares... Unos más sencillos, otros, más sofisticados, pero a cuál más apetitoso. Al arte sólo llegan aquellos que trascienden lo cotidiano y que saben tener las antenas del alma encaradas hacia el satélite de sus influjos. El arte puede ser tierno y sincero, mas también oscuro y endiablado; pero su poderío sobrenatural hace que, de una manera o de otra, si está impregnado de calidad, siempre acabe derivando en algo divino. T...