FICCIÓN ONÍRICA INSPIRADA POR MIGUEL DE CERVANTES, ESCRITA A LA MANERA DEL SIGLO DE ORO
De cómo el mismo Cervantes se me apareció en sueños y dictóme sus reflexiones y vivencias para que las diera a conocer a través de un escrito. Andaba yo tan dispuesta a adentrarme en el fascinante universo cervantino y tan regocijada me hallaba ante la propuesta que tan amablemente me hiciera mi estimado colega David Felipe Herranz de componer algún escrito que con el genio de Alcalá de Henares tuviera que ver, que me faltó tiempo para sumergirme de nuevo en las suculentas páginas del excelso Don Quijote, para mejor inspirarme. Hasta tal punto dediqué mi concentración a su lectura que nada ni nadie a mi alrededor podían privarme de ella. Y así fue como una noche, al quedarme yo dormida, tras empaparme bien de las aventuras y desventuras del caballero de la triste figura y su fiel escudero, me vi de repente en uno de los bellos parajes del monte alcarreño, por donde suelo encaminar mis paseos matutinos. A poco, me crucé con un hombre que bajo una hermosa encina se hal