UN TRIBUTO A SONNY ROLLINS Esta mañana leía la entrevista al gran saxofonista Sonny Rollins que publicaba El País ayer. ¡Qué maravilla! No sé si habéis tenido la ocasión de escuchar alguna vez a este músico neoyorquino... Es una experiencia fascinante. Puede que, a veces, se enzarce en vericuetos sónicos espesos; pero cuando la inspiración fluye por sus venas –que es casi siempre- su capacidad creativa es única. Es lo que tiene el jazz, el auténtico jazz de creación, que siempre merece la pena aventurarse en sus naves. El jazz es el único estilo que conecta al espectador/a con el alma del artista, con sus entrañas y su mente. No hay partituras preestablecidas, tan sólo un punto de partida melódico que los buenos músicos, los grandes, convierten en auténtico arte sonoro. Cada concierto es distinto. ¡Y eso es absolutamente mágico! Es como si a un actor le dieras 10 frases, por ejemplo, y le dijeras: “Improvisa. Créame un espectaculo de una hora o más con esto”. ¡Ahí se vería la cap...